La muerte en colores: una reflexión en torno a la muerte
«La muerte en colores» es un texto que promueve ideas abstractas de la modernidad, una antología de la muerte y una representación literaria del final de la humanidad. Claro, desde un punto de vista ensimismado por nacer y crecer en el Chile de los noventa.
En este libro, el autor Carlos Rendón Bejarano, de origen Antofagastino, nacido en 1994 y de profesión periodista, ha sabido retratar lo invisible, entregando gran nostalgia en el relato, atrapando al lector por medio de su opera prima en solitario, dado que ha participado en variadas antologías con otros autores y siendo este libro su más reciente trabajo.
En “La muerte en colores”, se nos presenta una exquisita y fresca selección de cuentos, que tienen como tópico principal y transversal, la muerte y los elementos que le rodean. Siendo esta idea, reconocida como, visualizar todo aquello alrededor del fenómeno, observando desde situaciones puramente humanas, y como siempre el ambiente está cargado de las mismas emociones e impresiones, pues vamos dando paso a una nueva etapa de la vida, esa a la cual no queremos aspirar o que se oculta, se invisibiliza y se omite hablar de ella, es por ello que resulta interesante una lectura hacia ese foco.
¿En qué se centran los cuentos de La muerte en Colores?
Cada uno de los cuentos que componen de «La muerte en colores», se centran en un dispositivo distópico, que interactúa con elementos tecnológicos y la ilustración de la muerte, presentada transversalmente, lo cual va construyendo historias cargadas de oscuridad, pesadez, nostalgia y desolación.
Los parajes en los que se centra cada historia, están impregnados de la cotidianidad local del autor, de la realidad conocida, como si su imaginación considerara a Antofagasta, como la ciudad de la añoranza, por lo que, se insinúan representaciones distópicas y post apocalípticas, para narrar los acontecimientos que el autor explora, a modo de profecías autocumplidas que demandan la vida, tras la dominación de la tecnología y los males de la humanidad.
Así como también, episodios históricos secuestrados, para hacer de la narración algo más atrapante y cohesionado al lector. Además, las historias están repletas de señales que nos congregan dentro de las emociones y sentires más primitivas, observando lo vulnerable y miserable que podemos ser, dando luces del afán y necesidad inhóspita del lecho mortuorio, demandando aún en el último aliento de la compañía de un otro.
Esto se distingue como ecos, reflejados en las reuniones con desconocidos, que acompañaban los últimos segundos de vida de los futuros muertos, así como la necesidad de impregnarse de una historia que ya fue y dando recorridos en cementerios virtuales.
Los cambios dentro del relato
Por otro lado, también esta la idiosincrasia del chileno, que va generando un poder en el misticismo local, logrando cautivar, por medio de amuletos malditos de la Guerra del Pacífico, la atención hacia lo sobrenatural. Recorriendo una historia que, a gritos, implora desde la oscuridad.
Para finalmente, iluminar el relato con el avance de la tecnología, en un cuento futurista, donde el protagonismo lo tiene nuevamente la muerte, esta vez, comandada por los avances tecnológicos, los que permiten el desarrollo de la eutanasia dentro de parámetros jamás pensados.
Esto, por medio de los elementos antes mencionados, que se tejen como un ente fundamental en la comprensión del desarrollo de los vínculos y el despertar de la humanidad. Así también, prestando atención a los elementos propios de la cibernética, que se comprenderá en esta antología, como el desarrollo tecnológico por sobre la identidad humana que finalmente sepultará el conocimiento y la comunicación, ya que, ilustra los nuevos tópicos de socialización desde la adopción del germen tecnológico, que acabará con todos los rastros de lo que nos vuelve humanos, sembrando muerte y caos.
Palabras finales
En lo particular, mi relato favorito fue Hojas de otoño, dado que contempla lo sutil y brutal de la experiencia de vivir y morir, con excelentes metáforas que generan el desarrollo del pensamiento y la reflexión, que es lo que siempre busco en un buen relato. Me parece un gran libro de cuentos, el escritor tiene una pluma brutal y concisa, que ayuda a desarrollar el relato entregando paradigmas de una buena comprensión a los lectores
Es un libro corto, donde la narración es amigable al lector, atrapante y rápida, gestionando gran capacidad de imaginación, cuestionando la realidad y modificando esquemas sobre lo que es el futuro y la intersección tecnológica. Pues más que un relato con notas de desarrollo cibernético y distopías, puede ser un reflejo más común de lo esperado, sobre nuestra propia realidad. Dado, que su trasfondo acompaña lo más auténtico y real que nos vuelve humanos: morir y estar en constante tentación con ella.
Pues todos en algún punto, le visitaremos, por lo que el juego acá trasciende en dotar al lector de ideas y concepciones sobre esta etapa de la vida, la cual hemos invisibilizado. En general, recomiendo el libro, para todo lector que busque entretenerse, divagar, imaginar o generar espacios de reflexión en torno a la muerte y todo lo que aparentemente está alrededor de ella, desde un punto de partida menos tradicionalista, desde una metáfora, una alegoría o una representación. Así también, para quién busque retarse a sí mismo en la comprensión de la sutileza y abstracciones en los mensajes, que nos deja el autor.
¡Si te gustó esta reseña, te invitamos a revisar la reseña del libro «Hijas de nadie»!