Palabras Tectónicas: un poemario vibrante
«Palabras Tectónicas» es el poemario de Pablo Romero, poeta, editor y traductor argentino. Publicado bajo Queltehue Ediciones, habla sobre el «desamor, la casa vacía, la tierra arrasada, los días que se van y un mundo que está al borde del mundo». Es una ficción que contrarresta la ausencia, las ausencias.
Como parte de la colección Puelche de la editorial, la cual busca dar un espacio a las nuevas generaciones de poetas con propuestas estéticas atractivas y sugerentes, al autor se dirige con un verso cercano, hablándole a su objeto lírico e, incluso, a sí mismo, y al lector.
Siguiendo una línea general, la colección de 25 poemas tiene su origen en la pérdida de una pareja, de la ausencia de un hombre, con quien el hablante lírico tuvo una relación o, más bien, de todo lo que quedó y de todo lo que ya no está.
«El día que te fuiste cambié las sábanas
Extracto de «El día que te fuiste cambié las sábanas». p. 12.
pero si escarbo en mi memoria
todavía puedo verte
tirado en mi cama con el cuerpo
lleno de cuerpo
con la luz inundada de sol».
La realidad sometida a la ficción
Pero «Palabras Tectónicas» no es una historia de amor ni de desamor, es una historia creada en el lenguaje, con y para él. Son las paredes que él mismo ha creado sobre los cimientos destruidos de lo que fue un hogar. Su respuesta ante la ausencia y lo que ella provoca en él.
«Por favor, dijiste, no hagas
Extracto de «La desobediencia». p.17.
de mis palabras un poema
no abras la herida porque
adentro hay más herida
y así al infinito
(…)
mi poema dirá lo que podría haber sido
si no hubiéramos callado
mi poema dirá todas las cosas que no fueron:
Y es que el hablante tiene una relación muy especial con las palabras y no escatima en mencionarlo en su escritura, el lugar donde se busca, se pierde y se repite. Toma el oficio y lo pone en bruto, pulido e, incluso, mezclado con sus sentires, pesares y dolores, junto a su mundo ficticio.
«Es cierto: no sé de la desaparición
Extracto de «Que se abra el telón». p. 39.
más que su ausencia pero puedo
sin duda alguna
hacer un mundo aparecer.
Aparecer no significa, sin embargo
existir:
la única diferencia entre la realidad
y la ficción
es que de la ficción no puedo dudar».
Leerlo, en particular, se siente como leer un diario íntimo: es libre, desbordante y secuencial. Pues en cada poema podemos reconocer al mismo hablante, a la misma persona.
Si bien, presenta una línea temática, además, presenta secuencias poéticas entre sus poemas. Con ello queremos decir que, a veces, donde termina uno, comienza el otro, lo que genera un hilo narrativo interesante.
Palabras Tectónicas, palabras vibrantes
«Palabras Tectónicas» es una advertencia, un desahogo, una pena y un anhelo que se vuelve verso y se siente como una canción. No por las rimas, sino por su vibración.
Es un poemario que en cada palabra tiene una razón, transformando lo que parecía ser un poema de amor, en un poema sobre el lenguaje, sobre lo que no está, sobre la pérdida, sobre el desahogo, sobre la palabra.
En sus versos, hace tangible el objeto libro, la literatura, el oficio de escribir y la profesión de la edición, mencionándolo constantemente y dejando en claro, que esta realidad solo existe en su ficción.
Es un libro que provoca emociones, identificación, crítica y pensamientos en torno a las diversas temáticas que toca, y es que, en sus versos,
«Todo poema es una puesta en escena
Extracto de «Luces, cámara, acción». p. 32.
lo propio del tiempo es existir.
Lo propio del sueño es acabar».
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