Pulsión de tinta: desde el ser mujer y escritora
«Pulsión de Tinta» es el último libro de la escritora y editora Lorena Díaz Meza. Publicado por Queltehue Ediciones, el texto abre la reciente colección de la editorial llamada «Camanchaca», la cual tiene por objetivo compartir una mirada diferente sobre los problemas sociales actuales.
Pues «al igual que la camanchaca refresca los espacios desérticos y yermos, aspiramos a enriquecer nuestra literatura nacional con nuevas ideas y enfoques».
Sobre Pulsión de Tinta
«Pulsión de Tinta» es un libro de microficción dividido en cinco secciones: «A pulso», «País herido», «Con Tinta Sangre», «Mis otras» y «Pulsión de Tinta».
En «A pulso» comenzamos con una narrativa coqueta que juega con la seducción entre el relato y la escritura. Nos encontramos con el personaje de la escritora, una rescatadora de historias de pasillo que va caminando y dejando historias en otras partes.
La novela se sienta frente al escritor y le guiña un ojo. Él hace como si no la viera, pero ella insiste, humedeciéndose los labios, pasando la mano suave por sus hojas, aún en blanco, moviéndose lenta y acompasada al ritmo de la música del café donde se han encontrado (…)
Extracto de «Obra de arte», p.9.
Luego pasamos a «País herido», una sección dedicada a los dolores de Chile, donde podemos encontrar referencias a la dictadura, al estallido social y la migración; así como la influencia de nuestra historia en nuestra escritura.
Dicen que hace muchos años hubo un día en que el invierno nos estalló dentro y desde ahí, con la angustia y la injusticia carcomiendo, en Chile escribimos historias tristes (…).
Extracto de «Herencia Literaria», p. 47.
Más tarde, nos encontramos a «Con Tinta Sangre», capítulo que mezcla de forma lúdica y entretenida el quehacer de la escritura con el género negro, mostrando escenarios de alta tensión y fuertes crímenes textuales.
(…) «En nuestra historia, uno debe morir», les digo intentando mostrar pesadumbre. «El autor», responde uno de ellos y me dispara con el arma que, hace unos días, yo mismo puse en su mano.
Extracto de «La última cena», p.53.
Pero luego de la guerrilla entre lápiz, papel y escritor, viene «Mis otras», la evidencia de la lucha entre la escritora y las otras mujeres que habitan en una sola. Tratando temas como el síndrome del impostor, la culpa de dedicarse al oficio y el factor económico.
Las mujeres que llevo dentro se organizan para administrar la economía doméstica: mientras la madre piensa en lo necesario para los niños, la profesional invierte en aparatos tecnológicos que le facilitan la vida. La dueña de casa paga cuentas, compra plantas, alimentos y productos de limpieza. La mujer escritora, en cambio, siempre espera. (…)
Extracto de «Mis otras IV», p.72.
Y porque la escritora convive con ellas, callada, esperando su momento de brillar, cerramos con «Pulsión de Tinta», donde encontramos a Lorena Díaz Meza como autora, hablando sobre su escritura, sobre desde dónde escribe y sobre la fuerte diferencia de ser escritora, y no escritor.
Pero antes de escribir tengo que levantar a los niños, prepararles la colación, bañarlos y darles el desayuno para luego ir a dejarlos al colegio y volver rápido a casa a ordenar, limpiar, ir a la feria por las verduras, dejar el almuerzo listo y partir a cuidar a mi mamá que está vieja y enferma y si no lo hago diosito me castigará dicen las vecinas (…)
Extracto de «El que no escribe, no escribe porque no quiere», p.88.
En el libro, si bien, como se mencionó anteriormente, encontramos varias temáticas, podemos ver algo transversal a lo largo de todo el texto: la pulsión de la escritora.
La voz de Lorena está presente en cada uno de los relatos, no solo como autora, sino como protagonista, evocadora, pensadora, creadora, madre, hija y escritora. Es un homenaje, un reencuentro con cada una de sus facetas, de sus «yo» que operan en diversos tiempos, diversos lugares y a la vez en todos.
Encontramos sus inseguridades, experiencias, sueños y verdades. Sarcasmo, risas, gracia y amor. Sus errores, aciertos, lo que alguna vez no fue y lo que será. Revela sus secretos, lo que más le cuesta y lo que le resulta fácil. Nos expone sus entrañas y entre ellas encontramos su hogar.
Pero como siempre, hay cosas que son intrínsecas y transversales del ser mujer.
Desde el ser mujer y «otras»
Pulsión de Tinta parece ser una manta hecha de retazos de historia: unos cómicos, otros con tintes de la luz del día, unos bajo la luna llena, otros silenciosos y otros bajo la lluvia; pero todos en su conjunto, con luces y sombras, cobijan a la mujer y sus otras facetas.
La crítica y la perspectiva de género es algo que encontramos de manera constante en cada letra, palabra, frase y oración. Donde no solo hablamos del ser mujer, madre, esposa y dueña de casa, sino de enfrentarse a ser escritora entre medio de todos sus otros roles.
Pues es una figura que persiste en las migajas del tiempo, las noches en vela y bajo la luz tenue, críticada por sus «otras», quiénes tienden a ser «más relevantes», «más funcionales», pero que ha logrado salir a la luz con su esplendor en este libro.
Ficción o no ficción, autobiográfico o de otras, «Pulsión de Tinta» tiene la pulsión de Lorena y la tinta de todas.
Si te interesó el libro, te invitamos a leer «Storni. Antología de ensayos periodísticos» de la misma editorial.