Traumatismo: 21 poemas desgarradores y con sentimiento

 Traumatismo: 21 poemas desgarradores y con sentimiento

Traumatismo es el primer poemario de Pablo Soto, publicado de la mano de la fundación y editorial Pluma Maestra. En él encontramos 21 poemas desgarradores y cargados de sentimientos donde la añoranza, la melancolía y la pérdida de un amor son los protagonistas.

Portada del libro «Traumatismo»

Traumatismo: El viaje del desamor

Entre sus letras, Soto nos invita a un viaje poético que nos transporta hacia una ruptura amorosa y sus distintas fases. Comienza con “El lado propio del amor” donde se desata el conflicto. Desde entonces caemos en un agujero de melancolía y añoranza por lo que fue y quizá no pueda volver a ser.

Volvimos destruidos por la llovizna / y olvidaste tus manos puestas en otro cuerpo.

Traumatismo. El lado propio del amor, p.14

La primera parte de este poemario, podría decirse, representa todo el duelo de la pérdida. Nuestro hablante está constantemente recordando los tiempos de antaño y sumergiéndose en el dolor que eso le provoca. Se empapa de él, se acuerda de ella con añoranza y a la vez con resentimiento. Una danza agridulce entre el odio y el amor.

Podemos ver estos sentimientos e, incluso, una especie de estado de shock en algunos de sus poemas, expresamente en “Mudanza”, donde nos presentan la viva imagen de ella, el objeto lírico del hablante, viene a sacar las cosas del hogar, sin mirar atrás. Mientras que nuestro protagonista aún conserva las esperanzas de que vuelva.

Corro para comprar una nueva mesa de centro, / por si algún día vienes de visita.

Traumatismo. Mudanza, p.17

Después de ello, pasamos a la segunda parte de todo este viaje de ruptura, un viaje que te invita a sentir la intensidad de su dolor. Desde entonces, el hablante sufre descarnalmente y grita con todas sus fuerzas para liberar ese dolor punzante que siente porque ella definitivamente ya no está y debe aprender a lidiar con eso. 

Si tuviera que dar una representación de cómo se siente esta etapa del poemario, sería como ver a un hombre en una habitación a oscuras, llorando hasta agotar la última gota y sintiendo como su corazón está siendo desmembrado, trozo por trozo, fibra por fibra. Es crudo, es doloroso de leer, y nuestro autor lo representa muy bien.

Pero la rabia no es una emoción plana y duradera, es intensa y momentánea. Así, pasamos a la tercera parte del poemario, una más lúgubre que las anteriores, pero que, a su vez, es como un paseo por un río templado. 

Nuestro protagonista cae en la tristeza y se sumerge en ella. Intenta no recordar, no pensar en la figura de ella, en lo que fue, pero es imposible.

No quiero acordarme / Tampoco deseo recordar / Es imposible evitarlo / Es una itinerancia. 

Traumatismo. Amnesia emocional, p.24

Como todo proceso de ruptura, de quiebre, donde te quitan algo que considerabas parte de ti, es largo. Y, es esta parte, probablemente la más extensa de todo el poemario, una sección que nos muestra los recuerdos que desea olvidar, los pensamientos que lo consumen, la esperanza y desolación y, el cómo tratar esta realidad, una realidad donde ella ya no está más con él.

Es un periodo de sentir, de aceptar y de botar el dolor, de asumir y sentir toda la tristeza almacenada en su interior.

Volver a comenzar

Dicen que después de la tormenta viene la calma. La vida es cambio y eso mismo se ve reflejado en “Traumatismo”. A lo largo de este viaje, nuestro hablante tiene su propia metamorfosis. Pasa por la esperanza, el dolor, la tristeza, la añoranza y la melancolía, mientras sigue su vida y va “reviviendo” de entre las cenizas de su corazón, pero siempre teniendo presente a ella.

Esto es lo que se refleja al final de todo. Nuestro hablante ha vuelto a salir, a ir a citas, a intentar superar las etapas pasadas, pero todo es insatisfactorio. Ninguna es ella. Va a terapia, intenta sanar y olvidar. Pero pareciera que no lo logra. Sin embargo, luego de ver todo el viaje, está claro que el hombre de “Terapia poco intensiva” está más completo que en un principio. Después de todo, ningún proceso es lineal.

Esta recopilación de poemas y su orden está muy bien pensado. Es sin duda una lectura recomendada a todo lector romántico, o a quien quiera conectar con las emociones más cruentas del amor. Es rápido de leer y cuenta con una pluma ágil entre poema y poema y con una idea cohesionada, que hará que la lectura tenga mucho sentido del principio al cierre. 

El hablante te lleva de la mano en su viaje emocional, lo que hará que no solo le tengas simpatía, sino también que sientas su dolor. Totalmente recomendado para todos y todas quienes han amado, están amando o creen en el amor.

¡Si te gustó esta reseña, te invitamos a revisar la reseña del libro Nuestras últimas palabras: jugando con los miedos de la generación de los 90!

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